Hikari Yami ha iniciado un nuevo proyecto que le permita comunicarse con la sociedad, en especial los jóvenes de Bosa. Esta vez, a través de uno de los medios de comunicación más tradicional, polémico e influyente de nuestra sociedad: la televisión. En este artículo vamos a evitar una discusión sobre pros y contras de la televisión debido a que el interés de la fundación es poder utilizar los espacios de transmisión accesibles a ella como un medio de expresión del sentir y los ideales que en cuanto a los temas la fundación genera.
La televisión comunitaria es en Colombia, el mejor de los mecanismos respaldados por la ley, para proveer oportunidades de acceso a las herramientas comunicativas del país. Ya desde la década de los 80 existían en Colombia, canales dirigidos por y para una comunidad específica, pero que por falta de una legislación, eran tratados como ilegales o piratas. Con la constitución del 91 se creó la Comisión Nacional de Televisión quién dio pie a la formulación de un marco legal y “reglas de juego” a los canales comunitarios. Algunas de esas reglas incluyen limitaciones geográficas de transmisión y la imposibilidad de pautar comercialmente (aunque si pueden referenciarse patrocinadores), dos de las razones que complican la sostenibilidad en el tiempo, de los canales comunitarios.
Gracias a la organización que se dio con la normativa descrita, los canales comunitarios aún existen como alternativas y espacios de comunicación, espacios que la comunidad puede aprovechar para transmitir ideas y generar un impacto social positivo. Con el proyecto que Hikari Yami busca sacar adelante, y para el que esperamos contar con su apoyo, se pretende acercar no sólo los temas propios de la fundación, sino servir de ejemplo de consecución y aprovechamiento de los medios de comunicación disponibles en el entorno.
Gabriel Bobadilla - Gustavo Tuta
Fundación Hikari Yami
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