ANIME Y MEDIO AMBIENTE

La preocupación por el medio ambiente ha sido una de premisas particular, pero no ausente, de la animación moderna, y en especial del anime japonés, esto en parte a las creencias taoístas y budistas de los artistas japoneses, creencias que comparten el sentido de complemento y armonía con los demás elementos que hacen parte el entorno del ser humano.

Uno de los primeros ejemplos de esta relación de  anime- medio ambiente es la serie Kimba el león blanco, de Ozamu Tezuka, que cuenta la historia de un cachorro de león que pierde a sus padres y se ve forzado a huir de los cazadores (historia  a la cual Disney le haría un homenaje  con el Rey León) y en donde comparte aventuras con otros animales.

Otras de las obras de anime reconocidas por su sentido ambiental son las de Hayao Miyazaki, las cuales muestran el mundo fantástico de los componentes taoístas y cómo este es perturbado por la intromisión del “progreso humano”. Una de las historias más reconocidas de Miyazaki es La Princesa Mononoke, donde los elementos fantásticos salen a relucir a flor de piel y los personajes muestran claramente cómo muchas  veces el afán de progreso  nos lleva a irrespetar a los animales, campos, vegetación y demás elementos que hacen que nuestro mundo como tal no se mantenga estable, produciendo graves daños que al final nos afectan a todos.

Para terminar, vamos  a hablar de ARJUNA, una serie totalmente ecológica que narra la historia una adolescente llamada Juna que adquiere dones luego de sufrir un accidente y que ha de utilizar para proteger el planeta  de una terrible amenaza. Aunque suena como cualquier anime del tipo de Sailor Moon, la diferencia radical se basa en que la amenaza que acaba nuestro planeta es ella misma, su familia y en general todos nosotros. Así, tendremos que afrontar la vida sin alimentos frescos, agua potable y sin productos derivados del petróleo. El mensaje concreto es que todos somos uno, desde los más pequeños seres vivos hasta las más grandes capas de tierra y agua, demostrando que el daño más pequeño en esa entidad completa afecta a todos sus componentes.

Es muy claro que la animación también puede ser usada como una herramienta para el avance de la educación ambiental, debido a la interacción con los personajes y a que muestra con facilidad esos mensajes que muchas veces los demás medios no dejan claro. Y ese hecho es aprovechado por Hikari Yami para llegar a ustedes.

Luis Francisco Tuta Castro

Fundación Juvenil Hikari Yami.