sábado, 10 de diciembre de 2016

Jóvenes y barras bravas



Hablar de fútbol con una persona del común, que no vive en medio de este deporte; es entrar en una discusión infinita, un dialogo que no tiene sentido, cuando lo primero que hace es estigmatizar a las personas que giran alrededor de él, a aquellas que encuentran su lugar en el mundo en un estadio, en su ‘parche’, a quienes consideran su segunda familia.

Es cierto que Colombia tiene problemas sociales que generan mala imagen ante el mundo; temas como la guerra, el narcotráfico, corrupción, delincuencia común, el barrismo etc. A todos estos se les ha intentado buscar una solución. Pero, ¿Se sabe el trasfondo de cada uno? 

El tema del barrismo, uno de los problemas que menos afecta al país dentro de los ya mencionados, es una cuestión que va más allá de un deporte; ser hincha no está mal, lo que lo hace negativo es el comportamiento no sólo en los estadios, sino también en los lugares públicos. Entrar a generalizar sería un error, porque no todos los “barra brava” a quien muy despectivamente periodistas llamas “barras brutos”, son ‘malos’; muchos de ellos llevan una vida socialmente normal: estudian, trabajan, tienen familia y son responsables.

Las personas en cuestión serían los otros, aquellos que durante la semana sólo esperan a que llegue el domingo para ir a ‘alentar’ al equipo, y, mientras esperan, lo que hacen es crear daños socialmente (hurtos, asesinatos, consumo y ventas de sustancias psicoactivas, etc.).

La respuesta a “¿Se sabe el trasfondo de esto?” es compleja, cada quien tendrá una diferente. En lo personal la enfoco por la falta de oportunidades, el rechazo que socialmente o familiarmente puede recibir un joven en su niñez, o quizá la falta de atención que pudo haber recibir en su casa o en el mismo espacio académico de infancia.


Aquí lo importante es dejar de criticar el qué, empezar a mirar el cómo y buscar hacer algo para cambiarlo.




Por: Jhobirson Molina